Vivimos una época de muy variadas tendencias: remakes, remasterizaciones, realidad virtual, retro, etcétera. Pero una que seguramente escapa a tu radar es la tendencia por lo posapocalíptico que, a juzgar por lo visto en el E3 pasado, hoy es tan pronunciada como lo fue en algún momento la Segunda Guerra Mundial.
Normalmente los juegos posapocalípticos tienen un gran impacto en las masas, piénsenlo por un segundo: Horizon: Zero Dawn... posapocalipsis; Fallout 4... posapocalipsis; Tom Clancy's The Division... también, y la lista sigue y sigue. Incluso Gears 4 y Splatoon, que jamás consideraste como juegos de posapocalipsis, lo son. El primero, porque el día de emergencia fue la catástrofe, y, el segundo, porque se supone que acontece en un futuro distante en el que ya no hay humanos.El posapocalipsis es una mina inagotable de conflicto.
El posapocalipsis establece un marco contextual lleno de problemas a resolver y brinda al jugador un motivo para hacer las cosas: devolver el agua a esta tierra desolada (Fallout); llevar a una persona a equis lugar (The Last of Us); poner a esta niña a salvo (The Last of Us); encontrar a la esposa (Gears of War 2); etcétera. No con eso queremos decir que el mundo contemporáneo carezca por completo de conflicto, pero ahí entra en escena otra variable: la familiaridad. ¿Qué escenario resulta más interesante: guerra armada de vehículos en un páramo inhóspito donde moran forajidos a la Mad Max o arrancones por las calles de Los Ángeles? ¿Balaceras en Nueva York o tiroteos en un Nueva York abandonado cuyos únicos habitantes son mercenarios a la The Division? ¿Caminar por la sabana o caminar por la sabana, ahora recorrida por las bestias cibernéticas de Horizon: Zero Dawn?
El posapocalipsis da un giro singular a elementos que, de otra manera, caerían en el terreno de lo cotidiano. Nos hace ver nuestra realidad desde afuera, desde la óptica de alguien que no la conoció, imprime novedad y grandeza histórica; encuentra el terreno intermedio entre lo familiar y lo extraño. Confiere a un rascacielos cualquiera el aura de ruina, y a un iPod, el carácter de reliquia, cuando en el día a día son elementos intrascendentes. ¿A qué quiero llegar con todo esto? Pues el objetivo de este texto es denotar todo lo que se puede explotar en el campo de los mundos posapocalípticos, y la variedad y emoción que estos nos brindan.
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